martes, 24 de septiembre de 2013

El espíritu de Vinicius

El jueves nos levantamos temprano y encaramos derecho para Copacabana, alquilamos dos reposeras y una sombrilla y nos tiramos tipo lagarto en la playa.
Y me encontré con una garota de Copacabana.

Una visión extraña de Rio.


Desde ahí decidimos ir al Fuerte de Copacabana, la rubia fue un agregado involuntario.


El fuerte no es un fuerte colonial, lo construyeron pasado el 1900, o sea, entramos creyendo que íbamos a ver una cosa y terminamos viendo cañones y un museo del ejército de Brasil...



Y como era un fuerte militar, lleno de militares y con muchos cañones, yo le hice caso a todos los carteles:


Y cuando llegó la hora de vaya uno a saber qué, salieron los dos trompetistas a llamar a algo, pero parece que la trompeta no alcanza y el primero optó por una vía de comunicación más segura:




En la punta de todo tenían dos brutos cañones que hoy están anulados, sobre los que los colimbas brasileros hacen morisquetas:


Nótese el detalle de los mosaicos del piso del patio.



Un museo del ejército, vaya y pase, ¿pero un pabellón especial para los militares golpistas no será mucho? Desde el 64 hasta el 85 tuvieron militares en el poder...


¿Y que había a lado del museo? ¡Una sucursal de la confitería Colombo!
¿Y qué hay en la confitería Coloombo? ¡Brigaderiros!



Al atardecer volvimos en colectivo al hotel, pero antes caminamos un poco por Copacabana, los grafitis brasileros me vuelven loco.


Nos bañamos y salimos a cenar a Vinicius Bar en Ipanema, porque queríamos ver un show que no nos íbamos a olvidar jamás.
¿No está hermosa Caro?

 

Primero cantó varias canciones Tony Barreto, ¿qué quién es Tony Barreto? Ni idea, pero estaba ahí y no cantó mal tampoco...


... pero cuando vimos que la pareja de los dos señores que estaban en la mesa de adelante se pelearon y se fueron aprovechamos y nos sentamos al lado de...


¡María Creuza! Que tiene la voz como cuando cantaba con Vinicius y un manejo del escenario impresionante.

 

Un pedacito de Garota de Ipanema por María Creuza...




Después, como siempre, volvimos en cole al hotel en Copacabana, mirando las orquídeas que los vecinos de Ipanema "plantan" en los árboles de las veredas.



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